Oscar Mario Beteta, conductor: Vamos a escuchar la opinión en este espacio de la licenciada María Dolores Padierna. Adelante.

Dolores Padierna, colaboradora: Buenos días Oscar Mario, estimada audiencia. El primer día de gobierno de Andrés Manuel López Obrador rebasó todas las expectativas y marcó un punto de inflexión en la historia reciente del país. Por las formas y en el fondo este nuevo sexenio representa una transformación radical, un presidente de la República cercano a la gente, amoroso con sus gobernados, con una capacidad única para comunicarse de manera clara y sencilla.

Fue recibido con festejos, con alegría y con una enorme esperanza por parte de las y los mexicanos. Hacía décadas que no sentían a un presidente como suyo, como líder y como resultado de su propio voto. El apoyo ya la alegría fueron genuinos. Se rompió con los rituales de lejanía en la toma de posesión, recorrió las calles en un sencillo automóvil y después de un discurso profundo y duro en el Congreso se dirigió al Zócalo capitalino a comprometerse con los que menos tienen.

Recibió el bastón de mando de los pueblos indígenas del país, algo que no se había visto en ninguna toma de posesión. Si en las formas el cambio es claro, en lo profundo, es el fondo.

Se registra un cambio histórico, es la primera vez en las transformaciones políticas del país, que esta se inicia de manera pacífica, legitima y por la vía lectoral. Este cambio pacífico es el mayor valuarte que debemos apreciar.

A la llegada de López Obrador a la presidencia de la República, es la cosecha de una lucha de muchos años y décadas donde las izquierdas mexicanas y latinoamericanas hemos luchado de manera clara, como herederos también de las batallas de Morelos, de Juárez, de Madero y del último gran presidente del régimen posrevolucionario, Lázaro Cárdenas.

El movimiento aglutinado en Morena y en una enorme cantidad de grupos sociales que lo apoyamos desde las luchas democratizadoras de los estudiantes del 68 o los damnificados del 85, los estudiantes del 86, la corriente democrática del PRI, de quienes combatimos los fraudes electorales en el 88 y 2006, y también de quienes se sumaron al llamado Movimiento Zapatista en el 94 y los jóvenes que han protagonizado batallas culturales recientes, como el movimiento Yo soy 132 o quienes luchamos por los derechos de las mujeres y en defensa de la diversidad sexual.

Ahora, a acabar con la corrupción, la pobreza, la violencia, el construir un país en paz, con tranquilidad y con una vida digna para todos y todas, marca la riqueza de esta cuarta transformación.

Se trata de mirar hacia adelante y de tener muy claro, como lo señaló López Obrador, que se trata también de la purificación de la vida pública del país. Gracias. Duración: 03’ 03” bmj/m