Dolores Padierna, colaboradora: La llegada de la caravana migrante a México, formada en su mayoría por centroamericanos, especialmente de Honduras, nos ha vuelto a colocar como país ante un reto de grandes dimensiones, ante un desafío humanitario, diplomático y económico que debemos asumir todos, especialmente el Estado.

Se evidenció que el Estado mexicano desmanteló o dejó en su mínima expresión a aquellas instituciones dedicadas a la atención de protección de migrantes que llegan en condiciones precarias, sin documentos y huyendo de un contexto de mucha violencia y escasez de alimentos y servicios básicos.

Durante la década de los 80, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, la Comar, fue una de las instituciones de mayor prestigio porque atendió y protegió a miles de guatemaltecos que huyeron de su país de la represión militar, de la persecución y de la pobreza. Hoy la Comar está sin titular, sólo tenía 30 personas para atender a más de cuatro mil centroamericanos que llegaron en la caravana migrante, sin un plan para atender a los solicitantes de refugio y se olvidaron de los protocolos elementales, de respeto a los derechos humanos y atención.

El Gobierno mexicano tuvo que acudir al Alto Comisionado de las Naciones Unidas de Ayuda a Refugiados para atender las solicitudes de asilo o refugio en coordinación con las autoridades de Honduras, Guatemala y El Salvador.

En sintonía con las presiones y exigencias de Trump, el gobierno de Enrique Peña Nieto ha privilegiado las medidas policiacas, desplegó a más de 400 elementos de Policía Federal para contener la entrada irregular de integrantes de la caravana migrante.

Una vez más caímos en la trampa del discurso de mano dura y de la criminalización a tono del gobierno de Trump. No se anunció ninguna medida para atender de forma humanitaria a los menores, a las madres de familia o las personas de la tercera edad; tampoco se ofrece un plan de asesoría legal o de urgente atención sanitaria para quienes llegaron desnutridos, deshidratados o con enfermedades.

Esta es la verdadera dimensión de la tragedia de la caravana migrante: la ausencia de una política integral soberana y respetuosa de los derechos humanos, mucho menos una propuesta de desarrollo en la región y de presión diplomática del Gobierno de Honduras.

Ante esta ausencia, Morena respalda el proyecto del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, para tener un plan de empleos temporales a los centroamericanos que vaya de la mano con un diálogo para un plan de desarrollo urgente en Centroamérica. Duración 00’’, nbsg/m.