El pleno de la Cámara de Diputados aprobó su Código de Ética que establece la legalidad, la honradez, la lealtad, la imparcialidad y la eficiencia como principios de actuación de los legisladores, además de sancionar hasta con la suspensión temporal de la dieta a quienes incurran en actos contrarios a esos lineamientos.

Con 318 votos a favor, 26 en contra y 35 abstenciones, las fracciones parlamentarias aprobaron el dictamen que expresamente obliga a los diputados federales a abstenerse de incurrir en actos de corrupción y conflictos de interés, aceptar regalos y donaciones, pedir tratos preferenciales de entidades públicas o privadas y asistir al recinto en estado de ebriedad o bajo el efecto de enervantes.

Prevé también la prohibición de ausentarse sin justificación en las sesiones, obstruir el desarrollo de los trabajos, irrumpir en la tribuna parlamentaria o alterar el orden en el recinto con expresiones soeces o altisonantes.