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9:58  |  09 - 05 - 2014
Despliegan diputadas esfuerzos para convivencia con hijos y familia

La LXII Legislatura de la Cámara de Diputados tiene más de 45 por ciento de curules ocupadas por mujeres, muchas de ellas madres cuyo trabajo requiere el apoyo de su pareja, familia y de otras personas para el cuidado de sus hijos, pero sobre todo de organización, confianza y cooperación.

 

La legisladora Karina Labastida Sotelo, del Partido Acción Nacional (PAN), madre una niña de ocho años de edad y un niño de cinco, expresó que todo se puede llevar a cabo si hay una buena coordinación entre los padres en donde ambos se dediquen al cuidado de los hijos.

 

“En mi caso mi esposo me ayuda mucho. Nos levantamos alrededor de las 5:50 de la mañana, él les prepara el desayuno mientras yo les preparo el baño y sus uniformes escolares. Todo se puede combinar, hay que sacrificar un poco de tiempo y convivir el mayor tiempo posible”, dijo.

 

La legisladora panista comentó que un día común de trabajo inicia a las 6:00 horas y termina a altas horas de la noche, sobre todo cuando hay sesión o reunión de comisiones, por lo que su esposo se encarga de recoger a los niños a la escuela y comer con ellos.

 

“Cuando no hay sesión cenamos en familia, apagamos la televisión, hacemos a un lado las computadoras y las tabletas y los cuatro comentamos cómo nos fue en el día. Los fines de semana salimos en bicicleta”, refirió.

 

Por otro lado la diputada Verónica Beatriz Juárez Piña, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), tiene una hija de tres años que vive en Guadalajara, Jalisco.

 

Para estar con ella los martes, después de la sesión, toma el autobús y viaja toda la noche para que en la mañana pueda llevarla al colegio, así como comer con ella, con sus padres y su compañero, para luego regresar al Distrito Federal y asistir a la sesión del jueves.

 

Señaló que por la falta de espacio para estar con los hijos las madres trabajadores deben de dar tiempo de calidad; para las mujeres que trabajan es una doble responsabilidad ser madres de familia y tener un empleo, cualquiera que sea, porque finalmente las saca de su casa, opinó.

 

Destacó sin embargo que para convivir con su hija y su compañero los lleva a eventos, foros y reuniones, aunque tenga el día inmerso en citas; por ejemplo este 9 de mayo irá al festival del Día de las Madres, “llueva, truene o relampaguee”.

 

La diputada Irasema González Martínez, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), indicó por su parte que comparte con su esposo la responsabilidad de sus dos hijos, ya que él trabaja de las 9:00 a las 18:00 horas, por lo que puede ir por los niños a la escuela y comer juntos.

 

Esto ocurre, aclaró, cuando están en periodo ordinario de sesiones, pero cuando hay receso legislativo convive con ellos el mayor tiempo posible, “les doy de desayunar, los llevo a la escuela, los recojo y les doy de cenar y los acuesto”.

 

“Lo que buscamos es darles tiempo de calidad más que cantidad. Lo importante es que los hijos conozcan dónde trabaja su mamá con el fin de que reconozcan el esfuerzo que hacen sus padres para darles un buen nivel de vida y una buena educación”, comentó.

 

Sin embargo, reconoció que hay un resentimiento de sus hijos debido a su ausencia, pero “busco explicarles cuál es el papel que desempeño en la Cámara de Diputados”.

 

A su vez la diputada Ruth Zavaleta Salgado, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), comentó que es madre soltera de dos jóvenes de 18 y 22 años de edad, y busca apoyarlos en todo lo que necesitan, sobre todo en estos momentos de inseguridad que se viven en el país.

 

“Desde chica mi mamá me enseñó a ser responsable y gracias al apoyo de mis hermanas y de mi madre pude sacar adelante a mis hijos y gracias a ello estoy en donde estoy”, destacó.

 

“Estos ingresos me han ayudado a salir adelante y también la tecnología, como son los teléfonos celulares y las tabletas que me permiten estar en contacto con mis hijos y mi familia”, aseguró.

 

“Cada 10 de mayo recibo el apapacho de mis hijos y de mis hermanas, nos vamos a desayunar o a comer con ellos, cuando no hay sesión les preparo el desayuno y a mi hija se lo llevo a la cama, porque soy muy apapachadora y trato de platicar lo más posible con ellos”, expresó.

 

En tanto Claudia Delgadillo González, del PRI, es una mujer divorciada que se ha encargado de la educación de su hija, “no me cuesta trabajo ser jefa de familia, me encanta, porque hay que tener valor para hacerlo y buscó inculcarlo en mi hija”.

 

Señaló que, afortunadamente, no le hace falta cosa alguna a su pequeña que vive en Guadalajara, pues es una niña feliz. “Estoy tres días en el Distrito Federal cuando hay sesión o trabajo de comisiones y el resto me la paso en Guadalajara para atender a la niña”, dijo.

 

Las diputadas que tienen hijos e hijas más grandes, que incluso son abuelas, también han enfrentado el reto de trabajar, cuidar a la familia, así como procurar y atender a los hijos y a sus esposos.

 

La diputada Esther Quintana Salinas, del PAN, quien es abogada, destacó que es una mujer afortunada porque se casó con un hombre muy generoso y solidario que la apoya de manera excepcional para entrar a la disciplina apasionante que es la política.

 

“Para mí no ha sido tan difícil entrar a la vida política. Entre de manera activa a esta disciplina ya cuando mis hijos estuvieron grandecitos, porque como mamá joven estuve con mis hijos desde que nacieron hasta que llegaron a ser prácticamente adolescentes”, recordó.

 

La legisladora tiene tres hijos, el más joven tiene 36 años y es médico especialistas, el de en medio es abogado y su hija la mayor es licenciada en enfermería. Tiene cuatro nietos y el mayor de ellos tiene 11 años.

 

Sin embargo, la diputada ve el rol de la mujer trabajadora muy complicado, sobre todo en la política, lo que no se compara con los varones que tienen más oportunidad.

 

“No se trata sólo de capacitación sino que les den espacio para fogueo, para que también las mujeres entren y aprenden a conocer el medio y hasta su modo de expresarse, porque hay muchas cosas que se aprenden con la práctica, trabajo, no es por ósmosis”, señaló.

 

En tanto, la diputada Mirna Hernández Morales, del PRI, se consideró privilegiada, pues ella además del apoyo de su esposo tuvo el de su madre que fue una mujer trabajadora.

 

“Con mi esposo nos hemos puesto de acuerdo para que el trabajo en la casa sea compartido, lo que no es muy común en México porque las mujeres en México tienen dos o tres jornadas, porque se van a trabajar por necesidad económica y tienen que regresar a su casa a hacer las labores del hogar”, dijo.

 

La diputada, quien tiene dos hijos de 25 y 20 años, admitió que tuvo que compartir la parte de dejarlos en el colegio con alguna persona que los cuidará, porque salían a trabajar ella y su esposo; “teníamos que confiar en las personas que nos los cuidaban del servicio, pagar guarderías y colegios donde estuvieran más tarde”.

 

También, recordó, compartieron esta labor con las abuelas “porque en el tema político son muchas horas de campaña fuera del hogar, de dejar a los hijos, y de siete y ocho años hasta nos acompañaban en los recorridos y participaban”.

 

La diputada aconsejo a las madres trabajadoras procurar dar más tiempo de calidad, porque la cantidad de tiempo no les garantiza conocer a sus hijos. Puntualizó asimismo que las mujeres necesitan prepararse para la lucha del trabajo.

 

“Las mujeres necesitan conocimiento, educación, formación que les permita empoderamiento económico. La gran mayoría de las mujeres dependen de un hombre y caen en la violencia intrafamiliar porque económicamente tienen que depender del varón”, agregó.

 

Consideró que mientras los gobierno como el del presidente Enrique Peña Nieto apuesten a que las mujeres se preparen más y tengan oportunidad de estudios superiores en universidades y en temas técnicos será posible “que seamos autónomas en el tema económico”. /gh/m

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