Palacio Legislativo, 23-07-2014 (Notilegis).- El diputado Gerardo Villanueva Albarrán (MC) resaltó la importancia de la denuncia de agravios para cambiar al país, al presentar el libro "Efectos de un Ultraje en la Vida de Julia Klug”, de la activista Julia Mercedes Klug y el escritor Oscar Donizetti, El legislador señaló que la lectura de este libro “mueve conciencias y cuando el activismo de Julia Klug, personaje central del texto, muestra la necesidad de denunciar agravios, abusos sexuales, como los que ella sufrió. Su labor es muy importante para transformar al país”. Es esa capacidad de denunciar “y organizarnos, lo que nos permitirá echar atrás reformas como la energética –que se discute en la Cámara de Diputados—y para acabar con todos los abusos que a diario se comenten en México”, aseguró el diputado. Los autores de la obra editorial, la activista de origen guatemalteco, nacionalizada mexicana, Julia Mercedes Klug, y el escritor veracruzano Oscar Donizetti, destacaron los motivos y las circunstancias que los llevaron a escribirla. Caminando por la calle, cuenta Donizetti, “vi a Julia en su lucha contra el clero y me interesó dar a conocer su historia, debido a que casi ningún medio de comunicación sacó de manera seria lo que hizo (el cardenal) Norberto Rivera, al solapar a curas pederastas y en especial a Marcial Maciel”. El coautor del libro expresó que se interesó más en la escritura del libro cuando comprobó que “la pederastia clerical en nuestro país no recibía ningún castigo y cuando el artículo 130 de la Constitución es letra muerta”. También cuando se supo que el Vaticano “investigó en los últimos 10 años tres mil 420 casos de sacerdotes que habían abusado sexualmente de menores, y que sólo 884 fueron destituidos y apartados, lo que es una burla a la humanidad”. En tanto, Julia Klug narró parte de sus vivencias escritas en la obra editorial y consideró que personajes como “el cardenal Norberto Rivera es tan pederasta como el Papa Benedicto XVI, por no denunciar los casos de abuso sexual cometidos por el clero católico”. Ello, dijo, “me movió a salir a la calle y denunciar el crimen de pederastia y a no quedarme callada ante los abusos y las injusticias que se narran en las páginas del libro”. Nacida en Cobán, Guatemala, Julia Klug fue violada cuando tenía siete años de edad por un cura (el padre Chemita), con quien su abuela la llevaba para que le enseñara a rezar el rosario. El sacerdote, comentó Julia, efectuaba sus ataques en lo que ella compara con el estilo de (el sacerdote) Marcial Maciel (fallecido el 30 de enero de 2008), “ya que de forma sutil y persuasiva buscaba pretextos para inducirla a actos sexuales, como quitarse la ropa para que ella pudiera ser como Eva y él como Adán”. El mismo cura la casó años después, ya que su familia confiaba plenamente en él y nunca supieron de los abusos cometidos. Ella tenía 14 años y en su matrimonio fue golpeada y ofendida por su suegra, como se señala en "Efectos de un Ultraje en la Vida de Julia Klug”. En estas circunstancias es cuando Julia decide viajar a México, donde al llegar también fue víctima de violación y conoció al mayor de caballería, Leopoldo Martínez Hernández, con quien vivió por 28 años, hasta que él murió. Obtuvo la nacionalidad mexicana en el año 2001 y al conocer el caso del obispo de Tehuacán, Puebla, Nicolás Aguilar Rivera, denunciado como pedófilo, “la antigua herida de infancia se abrió y así inició las manifestaciones contra el clero”, como se señala en el libro de referencia. Julia, externó finalmente Donizetti, es uno de los casos, entre cientos de miles, “de madres mexicanas que luchan tras haber sido víctimas de una tragedia personal, además de ser víctimas de las estrategias gubernamentales que han convertido a México en un territorio salvaje que cobró la vida de muchas personas inocentes”. MAV/JGM |